Domingo 7 de diciembre de 2025

SIDE bajo fuego: el Gobierno inyecta $26.000 millones mientras crecen las sospechas por gastos y tensiones internas

La ampliación presupuestaria llega en plena crisis fiscal y abre un debate sobre el uso de fondos reservados, conflictos en la cúpula de Inteligencia y viajes bajo investigación.

Martes 2 de diciembre de 2025

...
Compartir

El Gobierno nacional destinó $26.117.900.000 adicionales a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia publicado en el Boletín Oficial. La decisión reavivó la polémica por tratarse de un refuerzo a un organismo históricamente opaco en materia de gastos, justamente en un contexto de ajustes, recortes y organismos estatales asfixiados.

Según fuentes oficiales, casi $20.000 millones se destinarán al pago de salarios. Argumentan que la SIDE agotó su presupuesto anual debido a la prórroga del Presupuesto 2024, heredado sin nuevos refuerzos desde 2022. En Casa Rosada niegan un “aumento” político: dicen que se trata de una “corrección administrativa” para evitar que el organismo quede paralizado antes de fin de año.

Gastos “raros” y el estallido de la controversia pública

La discusión escaló cuando el exdiputado Alejandro “Topo” Rodríguez expuso en redes “gastos llamativos” dentro del DNU:

  • $350 millones para cubiertas,

  • $300 millones en prendas de vestir,

  • $40 millones en utensilios de cocina y comedor.

Las cifras viralizaron el debate sobre los gastos reservados y la falta de control real sobre la inteligencia estatal. Desde adentro de la SIDE aclararon que se trata de rubros administrativos genéricos: bajo “cubiertas” se incluyen insumos y mantenimiento de la flota operativa; bajo “utensilios de cocina”, equipamiento industrial para bases en el interior del país; y bajo “prendas de vestir”, indumentaria funcional y de seguridad.

Pese a las aclaraciones, la desconfianza pública persiste: el organismo carga con una historia de opacidad, compras difíciles de auditar y presupuestos delicados que pasan por debajo del radar legislativo.

Por qué la SIDE quedó sin fondos

La ampliación toma fuerza porque coincide con retrasos y recortes en otros organismos. En la Casa Rosada aseguran que la SIDE es “una de las tantas” dependencias que agotó sus partidas por la continuidad de un presupuesto viejo y ajustado. El mayor problema era cubrir los salarios de agentes distribuidos en bases de todo el país, el gasto estructural más pesado del servicio.

Crisis interna: peleas, viajes sospechosos y filtraciones

La tormenta presupuestaria se mezcla con un clima de tensión en la cúpula del organismo. Desde junio de 2024 la SIDE está dirigida por Sergio Neiffert, quien reemplazó a Silvestre Sívori. Su gestión quedó marcada por una fuerte disputa con el subsecretario José Lago Rodríguez, cuyo conflicto interno trascendió a los medios pese a los intentos oficiales de minimizarlo.

A ese episodio se suma una investigación de la División de Asuntos Internos sobre un viaje a Azerbaiyán realizado por Lago Rodríguez y Alejandro Colombo, director del Servicio de Inteligencia Argentino (SIA). Los funcionarios habrían utilizado fondos reservados bajo el pretexto de participar en un foro internacional, aunque las sospechas apuntan a que el verdadero objetivo habría sido asistir a una carrera de Fórmula 1 en la que compitió el piloto argentino Franco Colapinto. Hasta ahora no hubo declaraciones públicas de los implicados.

Un organismo clave, sin control claro

La inversión millonaria, los gastos controversiales y las tensiones internas reavivan una pregunta que la política argentina nunca terminó de responder: ¿quién controla a la SIDE y con qué herramientas?
Mientras la Casa Rosada defiende el refuerzo como una necesidad operativa, el caso vuelve a desnudar un problema estructural: inteligencia sin transparencia real y decisiones sensibles bajo un manto de secretos que el Congreso casi nunca audita.

En un año de restricciones, disputas y ajustes, la SIDE vuelve al centro de la escena, y lo hace rodeada de lo que la historia del espionaje argentino conoce mejor: silencios, sospechas y fondos que casi nadie ve.