Del 5 al 7 de junio se realizará en la Universidad Nacional de Luján el 1° Congreso de Agroecología de los Pueblos. Mientras Nación profundiza un modelo orientado a los intereses del agronegocio, Buenos Aires se consolida como territorio de debate, organización y lucha ambiental.
La Universidad Nacional de Luján será sede, del 5 al 7 de junio, del Primer Congreso de Agroecología de los Pueblos, un espacio impulsado por comunidades fumigadas, productores, activistas y organizaciones sociales que apuestan a un modelo de producción alternativo, justo y sostenible.
El Congreso surge en un contexto de fuerte retroceso en políticas ambientales a nivel nacional. El Gobierno de Javier Milei impulsa medidas que refuerzan el modelo agroindustrial y extractivista, como el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), la baja de aranceles a herbicidas y la habilitación de fumigaciones con drones. Frente a este escenario, la provincia de Buenos Aires emerge como territorio de resistencia, donde crecen las iniciativas ligadas a la agroecología, la producción local y la defensa del ambiente.
El encuentro incluirá talleres, charlas, ferias y actividades culturales, con una fuerte carga política: denunciar el saqueo de los bienes comunes, visibilizar los impactos del agronegocio y construir, desde abajo, una alternativa basada en la soberanía alimentaria, la salud y el respeto por los territorios.
Un ejemplo concreto es el caso de Lobos, donde la Justicia bonaerense dictó la primera medida cautelar del país que prohíbe el uso de drones para fumigar con agrotóxicos, tras una denuncia vecinal. A diferencia de otras provincias que flexibilizan el uso de estas tecnologías, Buenos Aires muestra avances, aunque las comunidades reclaman mayor firmeza en el control del agronegocio.
Pese a las contradicciones señaladas por los organizadores —como la necesidad de revisar normativas como la Resolución 246—, reconocen que la provincia mantiene espacios de diálogo y se distancia del enfoque regresivo del Gobierno nacional, que desmanteló políticas clave como el ProHuerta y el INAFCI, y busca criminalizar la protesta ambiental.
El Congreso de Agroecología se perfila como una instancia clave para articular luchas y proyectar políticas desde los territorios. Y en ese escenario, la provincia de Buenos Aires aparece como uno de los pocos ámbitos institucionales donde la agroecología aún tiene voz y futuro.