Mientras miles de familias enfrentan bajas temperaturas y dificultades económicas, el gobierno impone un aumento tarifario que golpea directamente a los sectores populares, manteniendo beneficios para los más ricos.
Mientras las bajas temperaturas se extienden por todo el país, el gobierno de Javier Milei decidió aumentar las tarifas de gas natural, con una suba que va del 2,6% al 2,8%, según más de 20 resoluciones publicadas por ENARGAS. Este incremento afectará los servicios de transporte y distribución, sumándose a una reciente actualización del precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST).
Aunque el aumento es menor al que reclaman las empresas, llega en el peor momento para las familias argentinas, justo cuando más necesitan calefacción. El ajuste superará la inflación prevista para junio, mostrando que la política tarifaria del gobierno está completamente desconectada de la realidad económica y social.
El oficialismo justifica esta medida diciendo que busca evitar “atrasos tarifarios” y reducir subsidios. Pero en los hechos, los que pagan el precio son los sectores medios y populares, que ya sufren para llegar a fin de mes.
Además, en un gesto que desnuda las prioridades del modelo libertario de Milei, el gobierno decidió no aplicar el aumento completo en las tarifas eléctricas. Esto significa que barrios pudientes como Puerto Madero o countries seguirán subsidiados, mientras los que menos tienen deberán hacer frente a nuevas subas en servicios esenciales.
El discurso de la “libertad” y la “eficiencia” choca con una realidad cada vez más desigual: se congela el esfuerzo para los poderosos y se traslada la carga a los sectores vulnerables.
En resumen, Milei aumenta el gas justo cuando el frío aprieta, y la Argentina se vuelve más fría, no solo por el clima, sino por una política que castiga a los que menos tienen.