A un mes de las elecciones bonaerenses, Axel Kicillof puso en marcha la campaña de Fuerza Patria con un objetivo central: polarizar con Javier Milei y exponer el impacto del ajuste en la economía real del conurbano. La consigna elegida por el oficialismo es contundente: “La motosierra como abandono”.

El mensaje baja directo a los intendentes: contrastar el retiro del Estado nacional con la presencia activa de la Provincia. En ese marco, Kicillof apunta a dos ejes principales: la crisis económica que golpea a comercios, fábricas y familias; y el freno total a la obra pública por parte de la Casa Rosada.

Mientras Milei congela proyectos, la gestión bonaerense ya licitó 58 obras por $286.000 millones. Escuelas, rutas, centros de salud y viviendas son presentadas como la respuesta concreta al ajuste, con Gabriel Katopodis y Carlos Bianco al frente del discurso: “La obra pública no es un gasto, es un derecho”.

El otro frente caliente es la Tercera sección electoral, bastión clave donde el peronismo busca retener ocho bancas y sumar más. Allí, Kicillof y Verónica Magario encabezan actos e inauguraciones con un objetivo doble: reforzar la unidad interna y garantizar la movilización en una elección desdoblada que preocupa por el posible ausentismo.

“El desafío es que la motosierra no siga entrando a la Provincia”, resumió Bianco. La estrategia está en marcha y, en Buenos Aires, el peronismo eligió la confrontación directa como plan de campaña.