En otro exabrupto que revela el desprecio por la realidad social, el Presidente minimizó la crisis económica, calificó de "pelotudez" el reclamo por ingresos y responsabilizó a periodistas y opositores por denunciar lo que millones viven a diario.
En un nuevo acto de provocación, el presidente Javier Milei volvió a negar la crisis que atraviesan millones de argentinos. “Ahora vienen a decir que no se llega a fin de mes... si fuera cierta, la calle estaría llena de cadáveres”, afirmó durante un evento de la Fundación Faro en Puerto Madero.
El discurso se dio en un ambiente a oscuras, casi teatral, donde el mandatario no solo desestimó el reclamo popular sino que redobló la apuesta: llamó “pelotudez” a la preocupación por los ingresos y dijo que es “un insulto a los que hacen un esfuerzo por la vía honesta”.
Fiel a su estilo, Milei volvió a atacar al periodismo y a la oposición: “Esa vida, los kukas y los periodistas no la conocen”, disparó.
Mientras los salarios reales se derrumban, la pobreza crece y el consumo se desploma, el Presidente insiste en su receta de ajuste sin límites y pide paciencia: según él, la recuperación podría tardar “30, 35 o 40 años”.
El cinismo ya no sorprende, pero duele. Porque detrás de cada frase suya, hay miles que no comen.