El Gobierno nacional volvió a dejar en claro sus prioridades: esta vez, apuntó contra los jubilados. Luego de que la Cámara de Diputados aprobara con mayoría contundente un proyecto para mejorar las jubilaciones y extender la moratoria previsional, el presidente Javier Milei anunció que vetará la medida porque “atenta contra el déficit cero”.

“Esperemos que los senadores no apoyen esta demagogia populista, pero de cualquier forma nuestro compromiso es vetar cualquier cosa que atente contra el déficit cero”, escribió Milei en su cuenta de X apenas conocida la media sanción. La postura fue luego reafirmada este jueves por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien calificó la votación como “una irresponsabilidad política muy grande”.

En declaraciones a Radio Mitre, Francos intentó relativizar la situación crítica de los jubilados y sugirió que muchos de ellos no deberían cobrar una jubilación porque accedieron a través de moratorias. “Entiendo que los diputados tengan como objetivo expresar sensibilidad hacia un sector que, por supuesto, está en una mala situación, aunque se ha mejorado”, dijo, sin aportar fundamentos sobre esa supuesta mejora.

Según el jefe de Gabinete, de los casi 5,8 millones de jubilados, solo 1,8 millones realizaron los aportes completos. El resto accedió a través de distintas moratorias implementadas durante los gobiernos kirchneristas. Francos dejó entrever que este universo de beneficiarios constituye una carga que el Estado no puede sostener. “El Estado no puede hacerse cargo”, sentenció, dejando claro que, para el Gobierno, el ajuste pasa antes que la dignidad de los adultos mayores.

Además, criticó a los legisladores que votaron a favor de la mejora previsional por querer “horadar al Gobierno rompiéndole el equilibrio fiscal”. Para Francos, el Congreso no buscó ayudar a los jubilados, sino “romper el plan económico”.

La línea dura del Ejecutivo fue reforzada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien replicó: “El Presidente de la Nación vetará todos y cada uno de los proyectos de ley que impliquen quebrantar el equilibrio fiscal. El populismo ya no es parte del camino”.

Así, el Gobierno vuelve a demostrar que el “déficit cero” no es solo una consigna fiscal, sino una justificación para recortar derechos adquiridos y profundizar el ajuste sobre los sectores más vulnerables. Ni la urgencia social ni el consenso legislativo parecen suficientes para torcer una lógica implacable: en la Argentina de Milei, las cuentas cierran solo cuando se ajusta a los de abajo.