Aunque la inflación bajó a menos del 2% en mayo, los salarios reales continúan en retroceso y el salario promedio formal del sector privado volvió a niveles previos a la asunción de Milei, reflejando el impacto negativo de sus políticas económicas.
Pese a que el Gobierno celebra que la inflación perforó el 2% en mayo, las cifras oficiales revelan una realidad mucho más preocupante para los trabajadores: los ingresos formales del sector privado continuaron su caída por tercer mes consecutivo en abril, dejando atrás cualquier atisbo de recuperación desde la asunción de Javier Milei. El salario promedio real volvió a situarse por debajo del nivel registrado en noviembre de 2023, cuando el actual presidente tomó el mando.
Según el informe “Panorama mensual del trabajo registrado” de la Secretaría de Empleo, el poder adquisitivo del salario real cayó un 1,6% en abril respecto al mes anterior, consolidando una tendencia negativa que ya acumula tres meses. De esta manera, los salarios no logran recuperarse y permanecen estancados en valores inferiores a los previos al gobierno de Milei, dejando en evidencia que las medidas económicas aplicadas no sólo no reactivaron el mercado laboral formal, sino que deterioraron las condiciones de vida de los trabajadores.
El reporte destaca tres etapas desde noviembre de 2023: una fuerte caída inicial del salario real del 10,7% en diciembre, seguida por una breve y débil recuperación en los primeros meses del año, para finalmente volver a una corrección a la baja que posicionó el índice en 99,7 en abril de 2025, es decir, por debajo de la línea base de noviembre de 2023.
Por su parte, las negociaciones paritarias, lejos de compensar la pérdida del salario real, muestran incrementos marginales y volátiles. En abril se registró apenas una suba del 0,2% en promedio en los convenios colectivos, un tímido rebote tras cuatro meses de variaciones negativas. En términos interanuales, el aumento acumulado apenas llegó al 6,1%, insuficiente para compensar la inflación real y la pérdida del poder adquisitivo sufrida por los trabajadores desde la llegada del gobierno de Milei.
Estos datos reflejan que las políticas económicas impulsadas por Milei, basadas en una apertura sin controles y ajustes que priorizan a los sectores empresariales y financieros, han profundizado la precarización laboral y la caída de ingresos para la mayoría de la población trabajadora. La inflación baja no es acompañada por mejoras reales en los salarios, lo que genera mayor desigualdad y afecta la calidad de vida de millones.
El espejismo de una inflación menor no puede ocultar que, para los trabajadores formales, el salario real sigue en retroceso, una muestra clara del fracaso económico de un modelo que no logra generar ni estabilidad ni crecimiento para el conjunto de la sociedad.